Ser sociable, accesible, querer ayudar, trabajar en equipo, tener objetivos comunes, aprender de tu compañero, mejorar, apoyar.
Buenas palabras, buenos gestos, cercanía.
Soberbia, falsedad, mentira. Tener el no por respuesta. Creer que sabes más que el de al lado, perderte su conocimiento.
Encontraremos siempre los dos tipos, pero la felicidad solo está en el primero.
El segundo tendrá lo que ha creado. Reirá pensando que ha alcanzado la cima, cuando realmente es el resto el que le puede ver desde arriba. Sin reírse, con elegancia, con educación, con lejanía.
Habrá allanado el camino durante años. Su fortaleza exterior será simplemente un muro que protege su fracaso emocional, su vacío interior, su falta de todo, su abundancia de nada.
Estará solo, muy solo.