Un año por aquí, publicando, escribiendo. Tratando de decir con poco, mucho.
Jugar con las expresiones para que el mensaje de mi cabeza llegue a otras con total nitidez. La mano que obedece al pensamiento, que lo mejora, que lo maquilla.
Parar, pensar, reflexionar. Desconectar para conectar con uno mismo, hablar de tus pensamientos, recordar sentimientos.
Aprender haciendo, hacer aprendiendo. Hacer siempre, no parar. Comenzar nuevos proyectos, por pequeños que sean, por grandes que parezcan. Comenzar.
La tensión de la primera publicación, la relajación con sucesivas. Descubrir tu estilo, conocer personas, conocerte a ti mismo. Tiempo.
Escribir, liberar lo que tienes dentro, lo que quieres expresar, lo que permanece oculto, encerrado. Rebuscar, empezar con algo que nunca habías pensado hacer.
Resultados del movimiento, de haber hecho click un día en publicar. Comenzar previamente con un blog de lectura, mucho antes con los libros. Un día me pareció y lo intenté, un día quise compartir.
Escribir. Recibir en ocasiones mensajes que hacen ver que suma, que sirve, que ayuda. Transmitir, aunque sea un poco. Descubrir, descubrirse.
Un día tuve miedo, reparo, vergüenza.