Salud


Sangre, sufrimiento, muerte. Meses de lucha, de esfuerzo. Pasar al pasado sin reconocimiento, con una palmada en la espalda, sin más.  

En su presente hubo aplausos, a diario, desde cada rincón. Aplausos que sonaron, pararon y no volverán.

Se hablaba de salir, de agradecer. Pero la sociedad olvida, la política incita a ello. Nos hace menos país, menos todo.

Llegó la confrontación, el ruido. El que ellos no hacen, el que no les sale. Con el que hoy día, por desgracia, parece que se consiguen las cosas.

Once años de estudio, de lectura, de publicar, de crecer. Para ellos mismos, para los demás. No parar nunca para no quedarse atrás, seguir el ritmo de una de las profesiones más exigentes, con más tensión, la que tiene más responsabilidad tiene. 

La profesión que nos allana la vida, que nos la prolonga, que nos ayuda a vivirla con los nuestros. La que cuida el bien más preciado. 

Salir a la calle, reconocer. Darles los abrazos que les debemos, aunque sean sin contacto, de lejos.

No será así. 


Memoria a corto plazo para los demás, aunque para lo nuestro, exigimos siempre el largo plazo. 


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