Pasear y cruzarte con gente cada vez más mayor, ver poca juventud. Lo que crece hoy aquí, si crece, mañana se desarrollará allí. Aunque se quiera, no hay opción.
Son tiendas sin clientes, bares sin consumiciones, parques sin niños. Noches a las que la fiesta abandonó hace mucho tiempo. Ciudades con poco movimiento, pueblos inmóviles. Liquidación por cierre, se vende, se traspasa.
Encontrarte a tus amigos en otras ciudades, tener más fuera que dentro, volver a ver a pocos, tener fuera a muchos. Gente a la que le llega su tiempo de descanso, pero tiene todo lejos, a todos fuera, a desmano.
Moverse por el mundo en busca del cariño familiar. Cuesta. Por mucha tecnología que exista, por mucho que mejoren las comunicaciones.
Democracias que privan soterradamente de libertad a sus ciudadanos, sociedades en las que solo sirve estar donde digan, donde obligan. Aunque duela, aunque sea una temporada, aunque uno no quiera. España vaciada por políticas, por políticos.