Menos móvil, menos emails, menos horas sentado por cumplir. Menos inmediatez, menos presión. Menos descanso con pantallas, menos vidas ajenas.
Menos claxon, menos insultos, menos discusión, menos prepotencia. Menos objetivos inalcanzables, menos autoexigencia, menos perfección. Menos ruido, menos imagen, menos envidia. Menos tiempo perdido.
Más sonrisas, más cercanía, más tranquilidad. Más tiempo con amigos, con familia. Más cañas, aunque sean sin alcohol. Más lectura, más imaginación, más deporte. Más educación, más respeto.
Más paciencia, más tiempo para uno mismo, más pensar. Más sacar lo de dentro, más ayudar al de fuera. Más cultura, más riqueza interior, más admiración, más cariño. Más conversaciones interesantes, más debates.