Y en un abrir y cerrar de ojos, lo que un día esperabas con ansia, abandona el futuro y se cambia al pasado.
Rápido, sin darte cuenta. Has disfrutado, reído, bailado. Ahora solo quedan recuerdos. Anécdotas de un presente que se diluye rápidamente, que te acerca de nuevo al lunes, al martes, al fin de semana. Ese presente que en un abrir y cerrar de ojos cambia de mes, de estación, de año. Ese presente que cierra etapas mientras anhelas volver a lo que un día fue.
Pero ya no, por mucho que quieras. El deseo se tiene que conformar con el recuerdo. Echarás de menos aquellos tiempos que dejaste pasar, aquellos lunes de los que te quejaste, aquellas mañanas de madrugar. Lamentarás aquellos momentos en los que querías ver correr más rápido a las agujas del reloj. Si hubiese hecho, si hubiese aprovechado.