Boom


Y estalló la guerra. Primero la palabra, las negociaciones, el diálogo. Después los bombardeos, la sangre, la muerte.

Algunos de los que hoy están, mañana no estarán. Muchos de ellos lo saben, lo ven venir. La tranquilidad que se rompe en un abrir y cerrar de ojos. Boom. Recordamos cuando la veíamos lejos, en otros países que no están tan cerca. Pero ahora la tenemos aquí, a las puertas de una Europa que mira, que observa. Que ve como la palabra, por bonita que sea, no sirve.

Es cierto que tampoco tenemos mucho de qué preocuparnos. Si no traspasa las fronteras, las nuestras, las de la Unión, pronto lo veremos como una noticia más.

Pero imagina por un momento que nos alcanza, que lo que se derrama es sangre cercana. No estaríamos preparados para tanto. No como ellos, que lo están. Se rompería nuestra tranquilidad, nuestro día a día. El poder de unos pocos, la vida de muchos. Aunque nos creamos invencibles, protegidos, seguros. Si ellos quieren nos vamos camino al fin, a la oscuridad eterna.

Quizá nos venga bien para dejar de creernos, para valorar, para amar, para abrazar. Quizá nos venga bien para aprender la importancia de la vida, de vivir. Quizá, por poco que parezca, el verdadero lujo sea respirar, tranquilo, en paz.


Quizá haya que sacar lectura positiva de todo, aunque no la tenga…


2 Comentarios

  1. Desgarrador. Gracias por hacernos conscientes, Manuel.

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